En cualquier momento durante las horas del día, según una encuesta reciente de la Administración Nacional de Seguridad en el Transporte por Carretera, hay aproximadamente 660.000 conductores que utilizan teléfonos celulares u otros dispositivos electrónicos en las carreteras de los Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos generalizados de los últimos años por educar al público sobre los peligros de la conducción distraída, esta estadística ha permanecido más o menos inalterada.
El móvil y la conducción no son compatibles
Las distracciones al volante no son un problema nuevo, pero se han hecho mucho más frecuentes en los últimos años con el auge de la popularidad de los teléfonos móviles, los teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos. Otras distracciones habituales incluyen actividades como comer y beber, ajustar el equipo de música o acicalarse al volante.
Aunque todas las distracciones al volante son peligrosas, utilizar el teléfono móvil mientras se conduce es especialmente arriesgado. Esto se debe a que, a diferencia de muchas otras distracciones del conductor, hablar o enviar mensajes de texto por el móvil implica tres formas diferentes de distracción a la vez: visual, manual y cognitiva. En otras palabras, el uso de un teléfono móvil ocupa los ojos, las manos y la concentración del conductor al mismo tiempo, lo que reduce en gran medida su capacidad para conducir con seguridad y atención.
Un estudio realizado por la Universidad de Monash concluyó que los conductores que utilizan dispositivos portátiles tienen cuatro veces más probabilidades que los demás de sufrir un accidente de tráfico grave. Enviar o recibir mensajes de texto puede ser incluso más arriesgado que hablar por el móvil. Según el Instituto Tecnológico de Transporte de Virginia, los conductores que envían mensajes de texto tienen 23 veces más probabilidades de sufrir un accidente que los que están concentrados únicamente en conducir.
Los conductores adultos envían más mensajes de texto que los adolescentes
La gente a menudo asume que enviar mensajes de texto mientras se conduce es principalmente un problema entre los conductores adolescentes. Sin embargo, una encuesta realizada por AT&T en 2012 reveló que los conductores adultos son más propensos que los adolescentes a enviar mensajes de texto o correos electrónicos desde el asiento del conductor. El 43% de los conductores adolescentes admitió haber enviado mensajes de texto mientras conducía, frente al 49% de los adultos.
Además, el 60 por ciento de los adultos que admitieron haber enviado mensajes de texto mientras conducían dijeron que nunca lo habían hecho hace tres años, lo que sugiere que el problema puede estar aumentando. Aunque la gran mayoría (98 por ciento) de los adultos encuestados reconocieron que enviar mensajes de texto mientras conducen es incorrecto, esta conciencia por sí sola no parecía ser suficiente para cambiar su comportamiento. Algunos expertos creen que muchas personas entienden los riesgos de la conducción distraída cuando otras personas lo hacen, pero no ven su propio comportamiento como peligroso, según un comunicado de prensa de la NHTSA.
Responsabilidad por accidentes de conducción distraída
Cuando la conducción distraída contribuye a los accidentes y lesiones, un conductor culpable puede ser considerado responsable de cualquier daño que ocurra como resultado de su negligencia o falta de atención. Las personas lesionadas en accidentes por conducción distraída pueden recibir una indemnización por sus facturas médicas, pérdida de ingresos y otros gastos. Para obtener más información sobre la búsqueda de compensación después de un accidente de tráfico, póngase en contacto con un abogado de accidentes de coche.